Tiene riesgos como cualquier cirugía, pero se realiza por mínima invasión y con alta seguridad. La tasa de complicaciones es baja con un equipo experimentado.
Sí. Después de la cirugía llevarás una dieta especial en fases. Contarás con orientación profesional para hacer la transición sin molestias ni complicaciones.
Sí. En la mayoría de los casos, el reflujo desaparece o mejora significativamente. Es una solución a largo plazo para quienes no responden a tratamientos médicos.
La dieta es progresiva. Inicias con líquidos y luego alimentos suaves. En 4 a 6 semanas podrás volver a una alimentación normal siguiendo indicaciones.